domingo, 6 de octubre de 2013

CORRECIÓN EN LA FECHA DEL ESPECTÁCULO

La fecha del espectáculo es el domingo 27 de octubre, no el sábado como está puesto en el anuncio. Disculpad el error.

Os esperamos.

sábado, 5 de octubre de 2013

TEACINOSÍA

El grupo Otras Palabras presenta:

TEACINOSÍA: ESPECTÁCULO DE MISCELÁNEA ARTÍSTICA.

Os ofreceremos lectura dramatizada de poemas y cuentos, proyección de cortometrajes y una breve representación teatral como cierre. 

Esta performance, aderezada con música, no te dejará indiferente.

 Anímate y ven a vernos el sábado 27 de octubre, a las 19:00 en la Tabacalera.

sábado, 15 de junio de 2013

Aquí tenéis una nueva reseña de Anna Rossell, esperamos que la disfrutéis.

UNA DIVERTIDA LECCIÓN DE HISTORIA

Miguel F. Villegas
La cruz de sangre. Conjura contra las cortes de Cádiz
Padilla Libros Editores & Libreros,
Sevilla, 2012, 219 págs.
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por Anna Rossell
No es una novedad que escribir para un público joven requiere una fórmula específica, que reclama del autor una atención especial que le obliga a no perder nunca de vista la gama de edad de los lectores a los que se debe. Sin embargo la receta no es única; hay muchas maneras de atraer y mantener la atención del joven lector, el espectro de registros es amplio y hay ejemplos paradigmáticos –Harry Potter, por mencionar el más emblemático-, que han logrado ganar para el texto escrito a niños y jóvenes en un mundo en que casi todos auguraban la muerte de la lectura a favor de los juegos informáticos y el universo de la comunicación por la imagen. La apuesta más difícil sigue siendo la de enseñar divirtiendo, algo que muy pocos son capaces de conseguir.
Miguel F. Villegas (Jerez de la Frontera –Cádiz-), maestro, licenciado en geografía e historia, músico y escritor, es un pedagogo nato, motivado e ilusionado, que cree firmemente en el diálogo con las generaciones jóvenes y no renuncia a enseñar lo que por firme convicción cree necesario y responsable: los fundamentos de la convivencia. Villegas ya ha demostrado ampliamente con anterioridad que él acepta el reto y sale más que airoso del envite. Sobre todo en sus dos últimas novelas Tocata y fuga con Bach (agotada ya hace tiempo la 2ª edición) y Como agua entre los dedos (2010), el autor combinaba magistralmente entretenimiento y diversión con educación en los valores humanos esenciales: el respeto por la diferencia, la democracia constantemente mejorable, el conocimiento del pasado como herramienta fundamental para entender el presente y construir el futuro. Por ello en La cruz de sangre. Conjura contra las Cortes de Cádiz –“novela juvenil basada en hechos históricos”-, como reza su segundo subtítulo, sigue fiel a su trayectoria. Aprovechando el aniversario del bicentenario de la proclamación de la primera Constitución de España –La Pepa-, una de las más liberales de su tiempo, y midiendo con equilibrada premeditación las dosis justas de los ingredientes necesarios para atrapar en sus páginas a sus destinatarios, Villegas pergeña una historia de aventura y misterio en la que una pareja de adolescentes -chico y chica, con los que el lector se identificará- se ve implicada en un complot contra las Cortes de la capital gaditana en tiempos de la ocupación de España por las tropas napoleónicas. Atento a la necesidad de mantener la atención y la tensión, el autor compone capítulos breves, cuyo final deja en sopesado y premeditado suspense para provocar las ganas de seguir el hilo hasta el final. Las pesquisas y los peligros que han de superar los protagonistas parecen ocupar el primer plano de una novela que es, en realidad, también y en el mismo plano, una lección de historia, la que sentó los cimientos de la España contemporánea. La novela, susceptible de interesar a una amplia gama de adolescentes de entre diez y quince años y despertarles el interés por la lectura, es sin duda un instrumento educativo valiosísimo para docentes de todos los institutos de países de habla hispana, un libro que merece formar parte de los programas de lectura escolar, que se presta por añadidura a charlas y fructíferas discusiones en clase.
De Villegas se han publicado en España, además, La isla de los espejos (6ª edición), El monasterio perdido (3ª edición). Es también autor de poemas, obras de teatro para jóvenes y relatos. Según el Barómetro de Hábitos de Lectura 2008, publicado por la Federación de Editores de España, Villegas es el segundo autor español más leído, entre lectores de 10 a 13 años.
© Anna Rossell

http://annarossell.blogspot.com.es/

viernes, 31 de mayo de 2013

NOS VAMOS DE TERTULIA

Os invitamos a la última tertulia del curso, como cada año será en el parque del Retiro, si el verano se decide a aparecer ( que lo hará, palabra de AEMET) Será el domingo 2 de junio en la estatua del Ángel Caído a partir de las 12 para comer juntos y  recitar, cantar, interpretar...

¡OS ESPERAMOS!

martes, 14 de mayo de 2013

Reseña


 Compartimos con vosotr@s la última reseña de Anna Rossell. Esperamos que la disfrutéis.

REINVENTARLO TODO

Jordi Jané-Lligé, Del jardí botànic i altres balades (Del jardín botánico y otras baladas)[1]
Emboscall, Tordera, 2011, 93 págs.

Peculiar y original este libro de Jordi Jané-Lligé, que sigue la misma pauta de escritura personalísima a que nos tiene acostumbrados. También ésta es una obra difícilmente clasificable. Al autor le gusta sorprender a los lectores dándonos expectativas que no se cumplen, llama baladas a textos que difícilmente se avienen con las definiciones tradicionales del término, replantea la definición. Sus escritos no encajan con la concepción que tenemos de la poesía y, a pesar de todo, lo son en lo esencial. Pero la singularidad de Jané-Lligé no se agota en lo formal, por el contrario, si la forma nos resulta sorprendente, mucho más el contenido, que se resiste más aún a cualquier descripción.

Como insinúa el título, el libro está dividido en dos partes: la primera, que inicia La Balada del Jardín Botánico, y la segunda -más extensa-, que el autor dedica al personaje más presente, La Mosca, que reside en Copons Street -Balada de La Mosca y Copons Street-, de ambientación inspirada en la calle Copons de Barcelona. Si bien ambas partes están claramente diferenciadas, hay conexiones entre ellas. Como si nos quisiera dar una clave de orientación para el recorrido de la lectura, la voz poética nos anuncia que De los espacios urbanos protagonizados por la vida vegetal, / siempre he sentido especial atracción por el Jardín Botánico. Entregado / a sí mismo, en estado de perpetua reflexión y auto-/ contemplación, el Jardín Botánico es un espejo ideal para / el autoconocimiento. (La Balada del Jardín Botánico). Así el jardín botánico se nos presenta como metáfora de la diversidad de la vida, no sólo vegetal, que sirve al sujeto poético y, con él, a los lectores, para la reflexión y el autoconocimiento. El hilo conductor de todo este libro de baladas es sin duda éste, la capacidad de la voz poética para ponerse en el lugar del OTRO, del otro ser vivo -planta o animal-, pues a menudo la voz se desdobla en dos sujetos en un ejercicio de ver y conocer desde la perspectiva del otro: Soy orquídea. / / [...]. / / Si me despeino al viento. Si el viento me desnuda. / / Soy cactus. / / Soy baobab. [...] (La Balada del Jardín Botánico), o bien: Alguien grita su nombre en medio de la calle: ¡Mosca! Alguien llama / mi nombre en medio de la calle: ¡Mosca! Bien fuerte, ensordece-/ me: ¡Mosca! [...] (Final de la Mosca), o: La pulga, mientras saltaba inexorablemente, se preguntaba: / ¿Por qué tú, que me miras, no saltas? (Balada de la pulga). Aunque existe alguna otra conexión entre ambas partes: es la experiencia de la voz poética de estancias en diferentes partes del mundo, que se convierten, a través de la evocación emocional y de la reflexión derivada, en una sola y única experiencia: así se suceden ambientes de Nueva York con estancias en Gambia o en Barcelona, ​​atmósferas que, siendo diferentes, no están del todo diferenciadas pues se funden en el estado anímico del cantador de baladas, que en un momento de nostalgia evoca siempre la misma melodía triste, sintomáticamente en inglés, como signo de lo que se convierte en un sentimiento fundido en el crisol de un alma: I will be remembering the shadow of your smile. (Balada del 'mercadillo', La contadora de billetes de un dólar, El caserón de La Mosca), inglés que, como síntoma, salpica el libro desde el principio al fin - Copons Street, La fabricante de esencias (The Nose), La Balada de los LOST BOYS-.

Esta escenografía sirve al sujeto poético para la experimentación y el autoconocimiento: experimentación formal y temática, autoconocimiento a través de un mundo fantasioso ilimitado, como es ilimitado el nivel de deseo de experimentación vital de la voz poética: La experimentación con mi cuerpo me acerca a la sensación de desintegración / en lo absoluto. [...]. La vida radical = la experimentación radical No hay nada que nos detenga. Lo tenemos que probar todo. La vida es el experimento más grande que / nunca haya existido. (La Balada de los LOST BOYS). Este punto de partida contundente presupone la aceptación de que entrar en el mundo de las baladas de Jané-Lligé equivale a una aventura también radical donde la convención está absolutamente ausente, es el cosmos paralelo que se crea el sujeto poético a medida para liberarse de las imposiciones de la realidad cotidiana: desacostumbrado como estoy a la ausencia de filtros / civilizatorios, bajo la mirada hacia el suelo. / Niego la visión. (Del dolor), el único que le da la libertad de expresarse y de aprender sin ataduras ni impedimentos.

Pero el lenguaje que gasta el autor no es complejo, los registros de Jané-Lligé rezuman siempre, eso sí, una matizada sensibilidad que, a fuerza de imágenes, no necesita sintaxis para transmitir la sensación inmediata, del momento: Abrir una granada . Abrir un melón. Abrir un higo. / Los límites del cuerpo, los límites de la piel. Este querer / extender la piel hasta que lo abrace todo. (Balada de la Segunda Avenida). Cualquier ambiente le sirve de materia poética, tanto la visión del paisaje tormentoso de una isla (Densidad atmosférica) como el tiempo de espera en una pizzería, que le sirve de impulso reflexivo, excusa para manifestar la interioridad: El momento es a-presencial. Poético. / Uno de los cocineros toca la campanilla. / / [...] La atmósfera. / Invita a quedarse, a perderse en pensamientos. (Pizzeria). A menudo es la contemplación de escenas lo que mueve la voz poética a la escritura, entonces el registro es esencialmente descriptivo, conciso, sobrio, enumerativo, fotográfico, directo, el observador evita conscientemente la interpretación, si bien deja siempre su huella sensible en lo que hace constar: Las cloacas abiertas de Bakau. Las calles embarradas / de Barra. Una cerda que duerme en medio de un charco. Un / baobab centenario que corta la línea horizontal del paisaje / marinero. [...]. El olor de mar. La gente negra. El verde del río, del / cielo, del mar. (Amadou en la carretera costera de Gambia). Sólo cuando el objeto de observación es el propio sujeto poético el discurso se hace más filosófico: la actitud pasiva frente al televisor le sirve para meditar sobre el tiempo, sobre el tedio: Como el tiempo visto desde lejos, ajeno a uno mismo, sin / experimentarlo directamente. / Habiéndome separado del tiempo. (Balada del tiempo frente al televisor), o sobre la paradójica percepción del tiempo, que se resiste a las palabras tradicionales y obliga al sujeto poético a la innovación lingüística: Con la verdad televisiva de trasfondo / intento rehacer mi pasado / haciendo un esfuerzo de esquizofrenia titánico, / abandonando el tedio / que me tiene paralizado. / / Intento definir momentanoinfinitamente / nuestras vidas. [...]. / / ¿Es plausible una poesía / que aspire a la reconstrucción del pasado, / la fijación verbal del tiempo? (Carácter momentanoinfinito de la vida).

Sin cambiar el registro lingüístico la voz poética nos introduce en la segunda parte del libro de la mano de su gran protagonista: La Mosca, personaje, sin embargo, masculino, que observa el paisaje desde la altura de su vuelo. (La Mosca). El reino de La Mosca es Copons Street y su prolongación, el barrio del casco antiguo de Barcelona, ​​trasmutado en el imaginario del sujeto poético en un elenco de personajes que burlan las leyes del espacio y sobre todo del tiempo, porque los habitantes de Copons Street son multitemporales, el universo es atemporal: Los habitantes de Copons Street entrando de lleno en el enigma del / tiempo, abandonando su condición humana. (Copons Street, el día de la muerte de La Mosca).
Así por este escenario de inspiración barcelonesa desfilan figuras que parecen salidas de las páginas de una novela de Dickens, como la anciana entrañable cuya voz añora el sujeto poético el día en que se ausenta: Hoy no has / llenado la calle con tu voz llena de luz, llena de / nostalgia (La contadora de billetes de un dólar), los niños que pueblan eternamente las calles del barrio y son testigos del paso del tiempo: Sólo ellos saben ver las / antiguas piedras que se esconden bajo las nuevas. [...] (Los niños recordatorios), o los que, volviendo de la playa, pasan horas haciendo volteretas, saltando desde los espigones en el agua, / persiguiéndose por la arena (Los niños saltimbanquis), o, en contraste con estos, aquellos que se miran los zapatos, se miran los / pantalones. Todo limpio, todo ordenado (Los chicos silenciosos), La vecina que tiene dientes y mañana no tiene, La fabricante de esencias, La guardiana miope de Copons Street, La familia decimonónica, El llamador de amigos, El corredor de fondo de Copons Street, son los héroes y heroínas humanos habitantes del barrio, que, junto con los animales: las cucarachas, las ratas, Madame Crisálida, los perros y las palomas, pueblan el universo imaginario y grotesco de esta calle del casco antiguo de Barcelona, ​​reinventado. Ellas son, como dice la voz poética, las figuras legendarias de Copons Street reunidas (El caserón de la Mosca). Y, en medio de todas, el hombre gris -el sujeto poético-, que sale de sí mismo y se encuentra a sí mismo, y que, de modo similar al personaje Eduard Raban, del cuento de Kafka Preparativos de boda en el campo, quien afirma que no necesito desplazarme yo mismo al campo. Enviaré mi cuerpo vestido, también el hombre gris afirma: Salgo de casa, pero titubeo y me quedo parado en el / umbral de la puerta. La puerta queda abierta de par en par y yo / me quedo parado dudando. De repente, de mi interior, como / desdoblándome, sale el hombre gris del abrigo oscuro y se pone a / caminar con decisión por el rellano, baja las escaleras con la / cabeza gacha. El hombre gris del abrigo oscuro se va sin decir adiós. (La balada del hombre gris).

Y puesto que Jané-Lligé no para de sorprender a sus lectores, sabemos (y esperamos) que el próximo libro volverá a sorprendernos.

© Anna Rossell




[1] El libro se ha publicado en el original catalán; las traducciones del título y de las citas al español son mías.

lunes, 13 de mayo de 2013

Os presentamos unas nueva sección en el blog en la que recogeremos textos que no pudimos publicar en la revista por falta de espacio, pero que en nuestra opinión se merecían ser rescatados por distintos motivos como su calidad, su originalidad...

Esperamos que os gusten.

Comenzamos con este poema de Fernando Anaya Velasco:


Documental de sobremesa


Incauta,
la presa acude a su destino.

La frágil criatura
que avanza dichosa
por el tronco de su muerte.

Aquí podemos observarla
encaramando
su hilera ficticia
de jugoso alimento.

Se acerca al instante de la mandíbula,
la quebrantadora sorpresa del reclamo.

Una cierta amnistía merece
el que, ciego de ebriedad,
sucumbe a su perdición.

Y me apiado de aquella leve
buscadora de belleza,
            tantas veces yo,
al mismo tiempo
que alguien cambia de canal.  

viernes, 5 de abril de 2013



Llega pasada por agua, pero llega y, por fin, es primavera...ha pasado el día de la poesía, pronto será el día del libro y nosotros seguimos aquí, convocándoos un domingo más para compartir con nosotros versos, ideas, palabras  y sueños.
Ojalá podáis venir. Ya sabéis, será en "La Marabunta" (C/ Torrecilla del leal, nº 32) a las 18:00 h.
Os esperamos.

Besos, versos y flores.

viernes, 1 de marzo de 2013

Tertulia


Frío, nieve, lluvia...parece que el invierno no quiere marcharse, pero ya sabéis que hay un remedio infalible para eso: un café calentito o un buen vino, acompañados de poesía y una conversación interesante.

Os esperamos este domingo en la Tertulia artístico-literaria de Otras Palabras, a las 18:00 en "La Marabunta" (C/ Torrecilla del Leal 32).
Ojalá podáis venir y entre todos consigamos crear un poco de magia y de calor.

Besos, flores y versos.

Bego